“Las ciudades suelen ser lugares vibrantes llenos de oportunidades y de servicios, que nos permiten satisfacer mejor nuestras necesidades básicas, mucho mejor que en el campo, pero además, son lugares que alimentan la mente y el espíritu humano, llenos de convivencia, cultura, educación, arte, arquitectura, recreación, deporte, entretenimiento y, en general, conexión humana. Una ciudad inteligente, entonces, debe ser aquella en la que sea más fácil acceder a todo esto, una que facilita el acceso a los servicios básicos, especialmente para los grupos más vulnerables.”1
La declaración anterior, implica una amplia visión que considere que la inclusión pasa por los siguientes aspectos fundamentales e ineludibles:
- Conseguir un balance óptimo entre asegurar el acceso a la vivienda para toda la población (disminución de sus costos).
- Lograr la optimización del uso del suelo para evitar la expansión de la mancha urbana.
- El acceso a espacios públicos de calidad.2
- Prever el crecimiento en 20-30 años para, lo que implica diseñar vialidades y espacios estratégicos, prever los mecanismos de financiamiento de estar obras y evitar la ilegalidad de los asentamientos irregulares, así como de la especulación con los terrenos.
Desde la perspectiva de política pública, para lograr lo anterior, se requiere de un “urbanismo táctico”,3 un modelo de intervención de espacios públicos que permite el rescate y rediseño de espacios en abandono, desaprovechados, para restituirlos a una oferta de convivencia incluyente en las ciudades. Se trata de un modelo disruptivo, de bajo costo, que incorpora la gobernanza como mecanismo de participación ciudadana para lograr no solo una oferta de recreación, si no la inclusión a espacios bellos y disfrutables, de manera gratuita a toda la población consiguiendo con ello múltiples efectos: integración y convivencia ciudadana, impulso al emprendimiento callejero, acciones de reforestación, espacios para el deporte y las artes, entre otros.4
Continuando con los casos de Torreón, tenemos el orgullo de contar con algunos ejemplos, como el de un parque lineal denominado “Línea verde,” alrededor de una parte de las vías del tren en el oriente de la ciudad que estaba inoperante. El 26 de enero de 2017 fue inaugurado este espacio donde se pueden realizar deportes, actividades recreativas y paseo familiar, en un entorno que reverdeció. Pero especialmente, la “Línea verde” representa el reconocimiento del derecho a la recreación para las familias de bajos recursos, porque una buena parte de las viviendas que se ubican en el oriente de la ciudad, son de vivienda social.
Aunque vale decir que no solo las familias de asalariados asisten, también la gente de clase media que busca un disfrute por las tardes-noches cuando ya baja el sol y los fines de semana. Hasta ahora, se ha mantenido en buenas condiciones el lugar y considero (como supuesto), que es por la apropiación del espacio que se ha logrado por parte de las familias aledañas, que lo cuidan y lo llenan de energía todos los días.
1 O´Daly, M. (s/f). Manual de Ciudades Inteligentes, Alianza para Centroamérica y Friedrich Naumann Stiftung 2ª. Edición digital, p. 122.
2 Este aspecto es considerado como un gran fracaso de las ciudades por O´Daly.
3 O´Daly, curso Ciudades Accesibles, Diplomado Ciudades del Futuro y Buen Gobierno, Campus Alianza para Centroamérica.
4 El caso más cercano y ejemplar es el de las llamadas “Utopías”, en la alcaldía de Iztapalapa en CDMX.
Elaborado por: Ana Olga Rodríguez Betancourt, de Torreón, Coahuila, México