“El ojo es la lámpara del cuerpo. Si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz.” – Mateo 6:22
“Donde está tu enfoque, ahí está tu destino.” – Tony Robbin
Lo único que realmente controlamos en la vida es en qué nos enfocamos. Viktor Frankl (autor de El hombre en busca de sentido, si no lo han leído, apaguen su celular y váyanse a la librería en este momento), el diría que lo único que controlamos es la manera en la que reaccionamos a lo que nos ocurre. Ambas ideas están relacionadas: nuestra perspectiva determina cómo interpretamos y reaccionamos al mundo y a lo que nos ocurre.
“No percibimos el mundo como un conjunto de objetos, lo percibimos como un conjunto de significados, organizados en una narrativa que nos guía en la acción.” – Jordan B. Peterson
“Tu percepción del mundo no es el mundo, es un mapa del mundo basado en lo que decides ver.” – John C. Maxwell
Enfocar nuestra energía en lo que importa nos permite avanzar con rumbo, crecer, construir experiencia, reputación, empresas, familia, amistades y comunidad. Un enfoque inteligente, o una narrativa de vida congruente, nos permite ser arquitectos efectivos de nuestro destino, y generar cambios positivos en nuestra vida y en la de los demás.
A continuación, propongo 7 enfoques inteligentes para alinear nuestra narrativa con nuestro propósito de vida y lograr una existencia más plena:
1. Aprende a identificar y apoyar lo positivo
Antes de criticar o querer cambiar las cosas, debemos aprender a reconocer y celebrar lo bueno en nuestra ciudad y en el mundo. Si no eres capaz de ver reconocer las cosas buenas, entonces no puedes construirlas o defenderlas tampoco.
Además, si no puedes discernir entre lo bueno y lo malo, serás fácilmente influenciado por narrativas políticas o filosóficas destructivas. Las narrativas de vida que se inspiran por lo bello y lo bueno incluso logran perdurar mejor durante las crisis y los malos tiempos.
2. Si no vas a ayudar, al menos no estorbes
Recuerda la moraleja de la cubeta llena de cangrejos: hay quienes intentan salir adelante, pero otros los jalan hacia abajo por envidia o resentimiento.
Es mejor ayudar a los demás cuando ya has logrado salir de la cubeta, con una mejor perspectiva, con músculos (o tenazas) mas desarrolladas para escalar, y con la experiencia de colaboración, liderazgo y formación de equipos necesaria para llegar alto. En lugar de ser un obstáculo para el progreso, motiva y celebra a quienes intentan superarse.
3. Todos tenemos el poder y la responsabilidad de servir
Cada persona tiene el deber de servir a sus seres queridos, y de aportar valor al mundo. Esto no significa que no necesites ayuda de otros, sino que debes enfocarte en tener algo valioso que ofrecerles tu.
Si quieres que las personas trabajen contigo de manera voluntaria y con entusiasmo, primero asegúrate de ser alguien con quien valga la pena trabajar.
4. Enfócate en lo que sí está bajo tu control
Antes de intentar arreglar el mundo, debemos arreglar nuestra propia vida. No tiene sentido perder energía en redes sociales, noticias o debates políticos si no tienes tu vida en orden.
Deja de buscar excusas y asumir que otros tienen la culpa de tus problemas. Primero resuelve tu situación y luego podrás hablar con autoridad sobre soluciones a problemas más grandes.
“Si quieres cambiar el mundo, empieza por hacer tu cama.” – William H. McRaven
5. No te estreses por mejorar el mundo, enfócate en mejorar tu ciudad
Una vez que tengas tu vida en orden, enfoca tu energía en donde realmente puedes generar impacto: en tu casa, tu comunidad, tu iglesia y, para algunos, en su ciudad.
No te preocupes por eventos globales fuera de tu control. Toma acción en lo inmediato y tangible. Menos pensamiento global, y más acción local.
“Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estés.” – Theodore Roosevelt
6. Sé el cambio que quieres ver en el mundo
No esperes que el gobierno, los políticos, los sacerdotes, o la sociedad resuelvan lo que tú mismo no estás dispuesto a emprender o sacrificar.
Tu voto cada 3 o 4 años no marcará la gran diferencia, ni estar sentado escuchando en misa cada domingo, ni quejarte en X o con tu grupo de WhatsApp, pero tu compromiso diario con un proyecto, una comunidad o una familia sí lo hará. En lugar de ser un espectador, o crítico, conviértete en un actor clave en la construcción de un mejor futuro.
7. Usa herramientas efectivas e inteligentes, no ideológicas
Para mejorar cualquier cosa, necesitamos herramientas y hábitos efectivos. Cambiar malos hábitos, mejorar la salud, las finanzas, la capacidad de liderazgo o la estabilidad familiar es difícil, pero posible.
Muchos prefieren quejarse del mundo y culpar a otros en lugar de hacer el esfuerzo necesario para mejorar. Pero si no puedes ordenar ni tu propia vida, ¿qué te hace pensar que tienes la perspectiva correcta para arreglar la vida de miles o millones de personas?
Conclusión: Smart City You.
En la medida en que mejores tu propia vida, desarrollarás la sabiduría necesaria para ayudar a los demás. Queremos ayudarte en ambos caminos: en tu crecimiento personal y en tu capacidad de generar impacto positivo en el mundo