07: Kierland Commons, Scottsdale, AZ​

La mayor parte de los desarrollos inmobiliarios en décadas recientes han sido distinguidos por la monotonía de usos individuales, que en gran parte resulta de las reglas de construcción y de zonificación o usos de suelo de cada ciudad.

En ese sentido, se aprecian fraccionamientos exclusivamente de vivienda, por lo general unifamiliar, a los cuales todos entran y salen manejando, o desarrollos comerciales, de malls o shopping centers, en los que, de igual manera, cada cliente llega manejando, y con frecuencia requiere estacionamiento justo enfrente del establecimiento (o de la residencia) a la que van, todo enfocado en la comodidad del automóvil, sin posibilidad alguna de caminar.

El nuevo urbanismo, representado en este caso por el desarrollo inmobiliario de Kierland Commons, en la ciudad de Scottsdale, Arizona, es un estilo de urbanismo de usos mixtos, de diversidad de tipología de vivienda (y diversidad de densidades), de tráfico lento, enfocado en la máxima comodidad para el automóvil, y con plantas activas, que impulsa comercio en el primer piso, y residencias u oficinas en plantas superiores.

Adicionalmente, con buen diseño paisajístico, se impulsa aún más la comodidad del peatón, con sombra y como barrera de protección entre las banquetas y los automóviles. Pero este mismo paisajismo y diseño de espacios públicos le brindan una identidad única, distintiva, diferenciándolo del resto de los desarrollos de la ciudad y del pais, haciendo la experiencia de vivir, visitar, jugar, o trabajar en este tipo de barrios o desarrollos una mucho mas atractiva.

Esto fomenta la caminabilidad, disminuyendo la cantidad de desplazamientos diarios en automóvil necesarios para las familias que viven y trabajan en estos lugares, ofreciendo una solución inteligente a la contaminación y al tráfico. Pero aparte, esto aprovecha el suelo urbano mucho mejor, concentrando mayor densidad en un solo lugar, lo cual genera muchos mejores ingresos para las finanzas municipales, pero también reduce la proporción del costo de infraestructura y servicios para los habitantes que residen en ella.